¿ERES CONSCIENTE DE TUS JUICIOS?

Cuando tu mirada está puesta en la corrección y el juicio hacia los demás, te pierdes de ver lo maravilloso que hay en ti.

Cuando pones toda tu energía en  el otro ya sea en críticas, reproches y juicios, el otro se convierte en tu punto de enfoque y en ese preciso momento estás entrando en un desgaste energético, ya que enfocar significa consolidar y dirigir toda tu energía hacia un punto determinado y si usas tu tiempo, tus pensamientos y emociones para ello, solo estarás desperdiciando tu propia energía, es decir, el valioso tiempo de tu vida.

Cuando el otro se convierte en tu punto focal es un tiempo perdido, pues olvidas que no tienes el poder de cambiar a nadie, ni su actitud, ni sus pensamientos, olvidas que la transformación de un ser humano solo depende de sí mismo.

Sucede lo contrario cuando pones toda tu atención en ti, es decir si decides enfocarte en ti mismo toda esa energía tendrá un gran poder y un excelente resultado, podrás usarla para descubrirte, para sanar, para vivir tus propias experiencias y esa actitud dará más resultados de los que imaginas, que, en últimas, van a beneficiarte en todos los sentidos.

Todo pensamiento negativo, juicio, crítica, o reproche hacia los demás implica que pierdes tu tiempo, tu energía y un poco de tu vida en ello.

La vida te presenta oportunidades de crecimiento constantemente, ella como sabia que es, permite que tengamos las herramientas para lograr encontrar nuestro propósito del alma, nuestra misión de vida en esta tierra.

Sin embargo, culturalmente no hemos tenido la formación que nos ayude a reconocerlas en el camino y por eso a veces, o quizás la mayoría de veces, desaprovechamos estas posibilidades.

Mas no siempre sucede así, en ocasiones, cuando logramos verlas y comenzamos a explorar nuestras capacidades a través de los diferentes procesos que nos enseña a creer en nosotros mismos, nos aferramos a estos métodos, personas o lugares y olvidamos qué, en algún momento, debemos emprender el vuelo sin la guía, la ayuda o el apoyo de quiénes han estado allí para nosotros.

Alzar el vuelo es una decisión difícil de tomar, te confronta con tu miedo a perder, a sentirte incapaz, a fracasar, a la frustración o a ver las expectativas no cumplidas, sin embargo, al dejarnos aprisionar por el miedo nos perdemos de ver hasta dónde podemos llegar con el impulso de la fe y la confianza en lo que ya hemos aprendido.

Dar ese paso en la mayoría de las personas genera un efecto de amnesia temporal. El miedo a lo desconocido nos hace olvidar que nos hemos estado preparando para esta nueva etapa de nuestras vidas. Si enfocamos nuestra atención en lo que ya hace parte de nuestros activos emocionales, intelectuales, personales y otros más -según tu preparación- podríamos llegar a tener los niveles de confianza en nosotros mismos como para atraer a nuestras vidas posibilidades maravillosas de alcanzar aquello que deseamos.

Alzar el vuelo hacia un destino nuevo puede ser una gran aventura de grandes logros o un largo camino de fracasos, todo depende de, en dónde estás enfocando tu atención, en todo lo que te has preparado para dar este paso o en los miedos que te asaltan a la hora de decidirte. Tú, -como siempre- eliges la posición en la que quieres estar. Emprende tu viaje, solo así sabrás hasta donde puedes llegar.

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