LA VERDAD Y LA LIBERTAD

He tenido que pasar por múltiples experiencias de vida, muchas de ellas nada agradables, algunas con huellas muy profundas pero que han tallado cada una de las lecciones de vida que debía aprender para continuar en el camino de la consciencia.

Y traigo a colación la experiencia por este caminar de sanación espiritual para compartirles una de esas lecciones que ha marcado un antes y un después en mi vida.

A través de la historia y que, aún se logra evidenciar, la verdad y la libertad se han usado para cometer abusos, unos mínimos y otros intolerables e imperdonables.

La verdad es un valor que no debería cuestionarse, cada quien tiene su verdad y cada quien tiene derecho a pensar que es única y viéndolo desde el privilegio que nos han regalado, el libre albedrío, todo hasta aquí es perfecto, sin embargo, cuando pensar, creer o asumir que mi verdad debe ser la del colectivo, la de una minoría o debe ser la elegida, el tema cambia, pues estamos pasando de expresar mi verdad a la imposición de una mentalidad, un deseo o de una posición frente a una situación, sucede lo mismo con la tan nombrada libertad, pensamos que somos libres para expresarnos pero ignoramos que nuestra libre expresión requiere un nivel de responsabilidad y consciencia para que no afecte la libertad del otro.

Sentir que somos libres de expresar lo que pensamos es maravilloso. pero si esta libertad de expresión incluye un juicio, una crítica o un señalamiento cargado de tus emociones, lo único que evidencia es tu nivel de consciencia ya que solo importas tú y desde esa postura, inconsciente, irradiamos nuestro veneno emocional por doquier, recordemos que la humanidad está pasando por un momento de pérdida de identidad y nuestro veneno se convierte en el virus que no aporta luz a la oscuridad en la que vivimos. Consciencia es ver a través de los ojos de la armonía colectiva sin perder tu esencia, equilibrando el amor y la libertad personal, una lección de vida que todos deberíamos aprender